Si hay algo que extraño, es la última hora de clases.
Esos minutos eternos esperando el timbre de la salida.
Siempre me gustaba quedarme un momento más,
Y así fue en la mayoría de los años que viví en el colegio.
Quedándome para reír.
Para compartir con mis mejores amigas y amigos.
Y tener un rato de relajo al final del día.
Hoy de vez en cuando vuelvo por las tardes,
A escuchar el último timbre del día.
A hablar con los que aún quedan aquí
Y de paso, revivir momentos que nunca volverán.
F.
*Cuento ganador de la 2da versión del concurso "Manquecura en 100 palabras" en la categoría Heredia & Asociados.
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